He aquí una pequeña muestra de lo que algunos cubanos pensaban de este aspecto.
Lo único genuinamente cubano que podemos ostentar sigue siendo lo que nos “permitía” el Ministerio de Ultramar: el negrito, la mulata, la hamaca, el tabaco, la guajira, la rumba, el “chévere cantúa” y el pasmo de admiración y acatamiento por todo lo extranjero.José Antonio Ramos. “Manual del perfecto fumanista”, Cuba Contemporánea, tomo IX, número 2, octubre de 1915.