29 de octubre de 2011

Mario Maya en Nueva York (y 4)

Un año después el New York Times (16 de diciembre de 1968) se vuelve a ocupar de Mario. He aquí la reseña del espectáculo que presenta en la Sala Kaufmann:
Maya y su comañía recorren España
Danzas regionales en el programa de la Sala Kaufmann
Por Don McDonagh
Desde su debut en Nueva York hace casi un año, Mario Maya ha duplicado su compañía. Y lo que es más importante, le ha dado más profundidad artística a su baile. Poseedor desde el principio de una seguridad rítmica total, ha conseguido un dominio escénico sutil, pero sigificativo, con el que redondea sus caracterizaciones.
Anoche en la Sala Kaufmann de la Asociación de Jóvenes Hebreos de la calle 92, Mr. Maya y su compañía presentaron un equilibrado programa de bailes españoles, procedentes de distintas provincias de la Penísula Ibérica.
En su solo, "Farruca", fundió arrogancia y un bien modulado braceo y se hizo con la atención del público. Bien acoplado con la guitarra del hábil Pedro Cuadra, contrapunteó, ajustándose tanto a su entonación como a su compás.
Una amplia gama de emociones
Junto a Carmen Mora creó una amplia gama de caracterizacioes, que iban desde la insinuación hasta lo llamativamente rotundo. En uno de sus bailes regionales, "Castilla", él y Miss Mora representaron a una pareja algo reacia que, al final, se sobrepone a sus dudas naturales para salir alegremente juntos, mientras que en el baile gitano "Albaicín" se entrelaza con tanta pasión que resulta sorprendente que pudiese dar un paso.
Miss Mora rezuma un franco torrente emocional y depende, a la hora de encarar sus bailes, más del ardor de la pasión que del stacato multiforme.
Al bailar con Mario la Vega en "Asturias" se convertía en esa pareja comprometida que parece disponer de una energía libre e interminable y siempre dispuesta a ser utilizada. Mr. la Vega, con su firmeza masculina, conseguía sacar todo lo mejor de ella.
Escena de la taberna
La compañía al completo se encargó de representar en "Los cabales" las afiladas emociones de una taberna flamenca. Una hermosa muchacha, María Gloria, llama la atencion de los hombres que juegan a las cartas. Uno de ellos, Juan Lerma, se levanta para reunirse con ella en un romántico encuentro. Mr. Maya y Mr. la Vega se ponen de pie de un salto y se enzarzan en un intercambio de desafíos rítmicos que culmina en un torbellino de zapateados.
"Estudio", una escena moderna, fue algo decepcionante. En ella, se combinan la danza moderna y la española, sin que se le haga justicia a ninguna. El concierto finalizó con una serie de bailes flamencos tradicionales.